miércoles, 24 de julio de 2013

Cuevas y Abrigos de la Sierra de Quesada

    Desde que en el mes de diciembre de 1.998, la UNESCO reconociese en la lista del  Patrimonio Mundial las pinturas de arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica, Quesada aporta varios abrigos y cuevas que se encuentran bajo tal reconocimiento.
    Cuevas y abrigos que indudablemente, fueron utilizados en los primeros tiempos por el hombre para resguardarse de la intemperie y de las fieras procedentes del levante español, aprovechando expontáneamente estos lugares que les ofrecía la naturaleza de gran importancia por su ubicación geográfica.
    La ocupación mas antigua podría remontarse entre los siglos IV y III a.C., coincidiendo con el paso del Neolítico al Calcolítico.
   En esta zona, predominaría la caza y el pastoreo, coincidiendo con este habito las figuras que aparecen en las paredes de estas cuevas o abrigos.
   Su uso era principalmente el de lugar de hábito, aunque también pudieron utilizarse como lugar de enterramiento.
    Entre las mas importantes podemos destacar las siguientes:

CUEVA DE LOS ABADES

    La llamo Cueva de Los Abades porque es con el nombre que yo la conocí y como me la enseñaros pero su verdadero nombre es el de Cueva de los Adarves. Con este nombre fue conocida hasta los primeros años del siglo XX en que empezó a conocerse como Cueva de los Abades.
    Situada en un lugar que prefiero no desvelar, la cueva de los Abades es sin duda, después de la Cueva del Agua, la cueva mas bonita que hay en el entorno de la serranía de Tiscar.
  Se trata de una gran gruta de aproximadamente 40 metros de largo por 10 metros de ancho, destacando el gran número de estalagtítas que se pueden observar y el elevado número de pozas con agua de gran pureza.
   Tan maravillosa como desconocida, la Cueva de los Abades, por el lugar donde se encuentra, seguramente fue lugar de refugio y cobijo de los maquis o emboscados que después de la Guerra Civil deambularon por estas Sierras.



Cueva de los Abades



(Foto Luis Cano)

¿Qué murmurarán las linfas que habitan la Cueva de los Adarves?
¿Qué estruendo es el que se escucha?


(Foto Luis Cano)


CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS

    Situada en un lugar muy difícil de localizar si no se conoce el terreno, la Cueva de los Murciélagos es un lugar en donde no es aconsejable adentrarse si no se poseen unos conocimientos suficientes de espeleología.
   Se accede por una pequeña oquedad de aproximadamente un par de metros y tras saltar a su interior, nos adentramos en la cueva.
   Con mas de 50 metros de largo y varias galerías distribuidas a lo largo de la misma, ofrece el peligro (o aliciente) de que no tiene absolutamente nada de luz y hemos de ayudarnos con ramas de arboles y linternas para que los murciélagos no impacten contra nosotros.
     A la mayoría de las galerías sólo se puede acceder a ras de tierra.
    Realmente tengo que reconocer que ahora mismo, no me adentraría en la cueva por nada del mundo aunque de muy jovencito si lo hice en varias ocasiones.
    Recuerdo que tendría yo mas o menos 14 ó 15 años cuando un grupo de niños nos fuimos una tarde de verano a "explorar" la cueva. Como tardábamos mas de lo previsto, nuestros padres salieron a nuestro encuentro y empezaron a subir la carretera desde Tiscar. Cuando iban por La Presilla, se encontraron con un campesino que con su mula iba acarreando garbanzos para la era. Entablaron conversación y le comentaron nuestros padres que iban en nuestra busca porque habíamos ido a la cueva de los murciélagos y estaban ya preocupados por la tardanza. Las palabras del campesino fueron:
    ¿A la Cueva de los Murciélagos?
    ...Si el que entra ahí no sale...
    Al momento ya nos vieron de lejos bajando la carretera, la regañina que nos cayó fue espectacular y la frase " el que entra ahí no sale", ya quedó en mi familia como anécdota graciosa.


ABRIGO DEL MELGAR

    Se encuentra en los promontorios rocosos situados en las estribaciones nororientales de la mole caliza del Cerro Vitar y el acceso no está señalizado.
    Se trata de una pequeña oquedad orientada al NE, de 3 metros de ancho por 2 metros de alto y 2 metros de profundidad, encontrándose las pinturas distribuidas por los pequeños alisamientos que la pared rocosa forma en el fondo del abrigo.
  En total hay casi 30 figuras, predominando las figuras bitriangulares interpretadas como ídolos o representaciones femeninas, realizadas con una técnica de trazo fino, continuo y del mismo espesor.
    Todas las figuras son de pequeño tamaña, oscilando entre 3,5 cm. de longitud que tiene la mayor y los 1,5 cm. que tiene la menor.




ABRIGO DEL ARROYO DE TISCAR


   Se encuentra en una ladera a la izquierda de la carretera Quesada-Pozo Alcón y a escasos metros  del cruce con el sendero señalizado que discurre junto al arroyo de Tiscar, estando su acceso precedido por una corta y fuerte pendiente.
    Se trata de un abrigo orientado al O-NO, de 8 metros de ancho por 4 metros de alto y 3 metros de profundidad.
    En el centro y a la derecha de la oquedad, se halla un pequeño cáprido de color castaño rojizo muy oscuro y numerosos restos de pintura, de los que solo merece la pena citarse un posible ramiforme.         En el lado izquierdo del abrigo se encuentra un conjunto de pinturas levantinas compuesto por un zoomorfo, de color castaño rojizo oscuro, posiblemente un cérvido, que conserva parte de su cuerna, parte del cuerpo, sus extremidades posteriores (rígidas y paralelas) y el rabo (con una mancha roja en su periferia); un zoomorfo muy mal conservado, de color castaño rojizo oscuro, en el que se aprecian los restos de su cabeza, cuerpo y extremidades, estas últimas rígidas y paralelas, con ligera indicación de movimiento; y un antropomorfo esquemático de tipo cruciforme, de color castaño rojizo, con un posible tocado de plumas. En un plano superior al antropomorfo se observan dos barras verticales de grandes dimensiones que, originalmente, pudieran haberse correspondido con otros dos cruciformes.      El interés de este abrigo radica en la presencia, dentro del mismo grupo, de figuras zoomorfas levantinas relacionadas con una figura antropomorfa esquemática.




ABRIGO DEL KISCO


     Siempre lo he conocido con este nombre, porque así me lo enseñó mi amigo Kisco en el año 1978, un pastor de Tiscar que entonces tenía 13 años y que él solo era capaz de barajar a todo su rebaño, quedándole tiempo en el día para acarrear garbanzos y cebada con su mulo desde el puerto de Tiscar hasta la era de Don Pedro.
    Se encuentra en una ladera a la izquierda de la carretera Quesada-Pozo Alcón y a escasos metros  del cruce con el vadillo del arroyo de Tiscar, no estando su acceso señalizado.
    Se trata de un abrigo orientado al SE, de 5 metros de ancho por 2.5 metros de alto y 1.5 metros de profundidad.
    Las pinturas del abrigo son de color rojizo oscuro y se sitúan en la parte izquierda de oquedad, distribuidas en tres conjuntos de cabras monteses de pequeño tamaño agrupadas de a tres, representadas en actitud de descenso. Del conjunto destacan un cáprido incompleto que conserva la cabeza, la cuerna, las extremidades delanteras, parte del tronco y de las extremidades posteriores y la figura de una cabra montés de cuidada ejecución con indicación de la cabeza, de una gran cuerna arqueada, del cuello y de las extremidades. La disposición inclinada de esta figura, del cuello y de las extremidades indica una actitud de abrevar o pastar.
    Las paredes se encuentran ennegrecidas y los motivos incompletos y mal conservados.







ABRIGO DEL VADILLO


    Desde hace muchos años, es utilizado para resguardar el ganado.
    Las pinturas del abrigo son de color rojizo oscuro y se encuentran muy deterioradas, siendo imposible distinguir entre sus múltiples restos alguna forma definida.
    El abrigo está dividido en varios ábsides.



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