viernes, 18 de enero de 2013

El Castillo de Tiscar

    Dominando el paisaje tan sencillo
del santuario y las rústicas viviendas 
se levanta poblada de leyendas 
la ruinosa altivez de este castillo.

Carcomidas sus torres imperiales 
y el murallón de yerbas coronado
es tan solo un fantasma mutilado
que recuerda las épocas feudales...

A la luz inquietante de la luna
contemplé por su plaza vagar una
humilde procesión de pobres siervos.

Y admirando sus naves solitarias
he visto que estas piedras milenarias
son refugio de buitres y de cuervos.
                               
                                       Rafael Láynez Alcalá
                                       28 de enero de 1.924

    
    Las primeras noticias conocidas del Castillo de Tiscar, datan del año 876 y aparece en las crónicas que relatan que las tropas cordobesas llegaron allí, destruyendo parte de la fortaleza en sus luchas contra los rebeldes de la Cora de Tudmir.





    Las fuentes árabes hacen alusión a Hisn Tiskar, y lo sitúan en Raymiyya. 
    Con el nombres de Husûn, plural de Hisn, eran conocidos los lugares fortificados construidos en elevadas montañas y de difícil acceso y que servían de defensa militar. 
    La función de los Hisn era la de controlar una vía importante y, a menudo, hacer de lugar de refugio en relación con los pueblos repartidos en un espacio organizado alrededor de una acequia, de una via, etc. En este caso, alrededor de la Cueva del Agua y del río Tiscar.
    Situado pues en un sitio estratégico desde donde se divisa hacia el Sur, Sierra Nevada, Hoya de Baza, Sierra e Baza, Jabalcón, Negratín..., hacia el Oeste, Sierra Mágina, Quesada, Atalaya del Infante D. Enrique..., hacia el Norte, Picón del Rayal, Picón del Guante, Aguilón del Loco, Sierra de Cazorla... y hacia el Este, Cerro de D. Pedro y Cuerda de la Calera.
    Desde este lugar, el paso de cualquier ejercito estaba totalmente controlado.





Hacia el Sur



Hacia el Oeste





Hacia el Este


Hacia el Norte






Patio de Armas y Torre del Homenaje

     Se trata de un castillo roquero de mampostería reglada en todas las caras exteriores, calificado de inexpugnable por las fuerzas musulmanas construido en época arabe y reformado en época cristiana tras su conquista.



Peña Negra (Sur)



Peña Negra (Norte)




Castillo de Tiscar y Peña Negra


     Durante la época árabe, se construyeron muretes, así como algunas estancias y cubos de los que aún quedan restos
     En el pasado, ocupaba todo lo que hoy es el Santuario de Tiscar.
   El famoso cartógrafo, geógrafo y viajero hispanomusulman Al-Idrisi (1.100-1.166), al hablar de Guadix y sus caminos escribió: "Desde la extremidad de la llanura de Abla se llega a Khandac Ach, y de allí a Wadi- Ach (Guadix)...Y sigue "Guadix es el punto de reunión de muchos caminos. El viajero que, por ejemplo, quiere ir desde allí a Baza,m asciende al monte Acin, pasa a la aldea Ubeda Farwa y llega a Baza después de haber caminado 30 millas...No lejos de allí, está el castillo de Tiscar que por su altura, por la solidez de su fortificación, la bondad del suelo y la pureza del aire, es preferible a todos los puntos de España. No es posible subir a él mas que por dos puntos distantes entre sí mas de doce millas y por senderos extraordinariamente estrechos. En la cumbre de las montañas hay rebaños y campos perfectamente regados y suerte que el castillo es tan notable por sus recursos como por su ventajosa posición".
   Otro autor musulmán, Rasis, escribió: " está en alto, que allí no pueden poner escala en ninguna guisa e non vos podría decir que alteza de su muro"
   
     



      En la actualidad solo se conserva un gran lienzo de muralla de la fortaleza y la torre del homenaje construida de sillarejo , blasonada con el escudo de armas de Pedro I (1.052-1.104), aunque en realidad, la verdadera torre del homenaje o Alcazarejo era la Peña Negra (1.229 metros), impresionante formación rocosa de escarpadas paredes que se alza por el lado central y que, convenientemente adobada con algunos rellenos y parapetos, de los que subsisten escasos restos, constituye un punto de defensa prácticamente inexpugnable.
      Parece ser que esta Torre del Homenaje fue construida en el siglo XIV por mandato de D. Pedro de Castilla, en memoria de los hechos acontecidos.
     Fue declarado monumento histórico en el año 1.985, y declarado Bien de Interés Cultural por Decreto de 22 de abril de 1.949.






Recuerdos de niñez, melancolía
susurran mis palabras calurosas,
tus pinares, tu frescura, mi agonía,
que inmortaliza escenas de batallas.

                                      Pablo Vargas





  Torre del Homenaje y escudo de Armas













     Patio de Armas











Torre del Homenaje

Castillo y Peña Negra

     El hecho de encontrarse Tiscar en un lugar verdaderamente estratégico, supuso que durante siglos la zona y su castillo fuesen disputados constantemente por moros y cristianos.  
     El 18 de septiembre de 1224 fue conquistado por las tropas de Fernando III el Santo, quien lo entregó el 20 de enero de 1231 al arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximénez de Rada, pasando así a formar parte del Adelantamiento de Cazorla, institución que dominó estas tierras durante la Edad media. 
    El 25 de junio de 1274 el rey Alfonso X el Sabio cedió el castillo al Concejo de Úbeda, por la ayuda prestada por éste tanto a él como a su padre don Fernando. Así dice la carta de Alfonso X, concediendo los Castillos de Tiscar, Huesa y Belerda:

     "Sepan quantos esta carta vieren cuemo nos D. Alfonso por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, etc. por facer bien e merced al concejo de Vbeda et por mucho servicio que ficieron al Rey, D. Fernando, nuestro padre, e a nos, et atendemos que faran daqui adelante; damosles, et otorgamosles Ciscar et Huesa et Velerda, castiellos que tiene Mahomad, fijo de Haudan que los ayan por iuro de heredat con todos sus términos, con montes, con fuentes, con ríos, con pastos, con heredades, con ruinas, con olivares et con entradas et con salidas et con todas sus pertenencias quantas han et deuen aver; et que fagan dello et en ello cuemo conceio debe facer de su termino en tal manera que lo non puedan vender, ni dar, ni enajenar, a iglesia, ni a orden, ni a ome de religión  sin nuestro mandado o de los que reynaren en nuestro lugar, et que nos fagan dellos guerra e paz a nos et a los que reguaren después de nos. Et mandamos et defendemos que ninguno non sea osado etc. Fecha la carta en Belcayre martes, veinte y cinco días andados del mes de junio en era de mil trescientos e trece años (Año 1274). Roy Martinez la escrivi por mandado del rey en veinte e quatro años que el rey sobredicho regnó."

     
    Posteriormente volvió de nuevo a manos de los moros. 

   Fernando IV comenzó su reconquista, siendo continuada por el infante Don Pedro de Castilla, tío de Alfonso XI e hijo del Rey Sancho IV, quien salió de Úbeda en 1319 (en algunos escritos aparece la fecha del 26 de mayo y en otros el 25 de marzo), acompañado por don Garci Fernández de Trujillo, Maestre de Santiago, don Garci López de Padilla, Maestre de Calatrava, don Ruy Velázquez, Maestre de Alcántara y los Arzobispos de Toledo (D. Gutierrez Gómez) y Sevilla. 
   Al llegar al lugar cercaron el castillo, a cuyo frente estaba Mohamed Andón. Ante las dificultades para su conquista, dado lo inexpugnable de su emplazamiento, un escudero del Maestre de Calatrava, un pequeño hombre llamado Pedro Hidalgo, trepó por la peña y mató a los 10 guardias que estaban custodiando el castillo, permitiendo así el acceso a los sitiadores, a los que Andón entregó las 4.500 personas que había, y a las que el Infante permitió marchar libremente a la vecina Baeza. En un artículo publicado en "La Esfera" en el año 1.914, Luis Bello escribió "Los moros levantaron sus tiendas y huyeron definitivamente por el camino de Granada. Alguno quedará sin que él mismo sepa su origen, bajo la zamarra y el sombrero cónico de estos hortelanos y estos pastores, aún siendo buenos cristianos viejos.  desfilaron también sus enemigos seculares. Los caballeros y los hidalgos no viven ya aquí para la guerra y de la guerra".
    Los descendientes de Pedro Hidalgo se llamaron desde este hecho EL DE LOS DIEZ, y como la hazaña se realizó de noche, el Infante le otorgo un escudo de armas en el que se ve una decena de cabezas de moros, un castillo y un lucero de oro en campo de gules.
      



Escudo de armas del apellido Diez


"Cinco testas de moros un par de veces
son trofeo al escudo de los Dieses
y un lucero también en otra parte
que su luz al mismo fiel reparte"



     En la Crónica de Alfonso XI se describe que " de Úbeda parten en 1.319 junto al Maestre de Santiago frey Garcí Fernández de Turgiello, y frey Garci López de Padilla, Maestre de Calatrava y el Maestre de Alcántara Ruy Velazquez y los concejos del Reino de Jaen...y partió con ellos de la ciudad de Úbeda a cercar el Castillo de Tiscar, que era la mayor fuerza que los moros tenían en España, y era señor de ella Mahomad Amdon. Y desde que a ella llegó, fue admirado de su fortaleza, y cercola, y aunque los caballeros la combatían cada día a pié, no la podían conquistar hasta que Dios fue servido que un hombre muy pequeño llamado Pedro Hidalgo, escudero del Maestre de Calatrava, subió de noche a la Peña Negra que estaba sobre la villa cerca del Castillo, matando a los diez moros que la velaban".

    Juan de Mata Carrizo en su obra "La Atalaya de Tiscar y el Infante Don Enrique" lo describe así: 


    Fuese luego el Infante don Pedro
para Sevilla e fizo facer muchos picos, et labró
y quatro engeños, et fizólos cargar et llevar á
Córdoba. E dende fuese para Ubeda, et llegaron
y á él los maestres de Santiat,o et de Calatrava.
et el de Alcántara et los arzotispos de Toledo et
Sevilla; et acordó luego, et dixo que quería ir
cercar á Tiscar, que era la mas fuerte cosa que
tenían los moros, qiie era señor de ella Mohamed
Haudon. Et desque allá llegó, et la vió, fué
mucho espantado de quan fuerte era el maguer
que cada día le combatía con engaños, et los caballeros
todos le combatían de pie, tan fuerte era
que no le podían entrar, Pero en cabo quiso Dios
<jue un orne muy pequeño que decían Pero Hidalgo,
que era del maestre de Calatrava, subió
de noche por mandado del Infante don Pedro,
en una peña, que decían la peña Negra, que estaba
sobre la villa cerca del castillo, que era una
de las fortalezas que y avia; et que la estaban
guardando diez moros; et subió suso con pocos
omes que con él iban, sábado, víspera de cincnesma;
et cuando amanesció recudió con los
moros que le velabant, et matólos, et tomó la
peña et apoderóse de ella. Et cuando esto vió el
infante don Pedro, mandó armar toda la gente
de su hueste ct fizo combatir toda la villa, et entróle
luego por fuerza. Et el moro señor de la villa
que decían Handon, desque vió perdida la
peña et que la afincaba mucho á do estaba en el
castillo movió plcytesía al Infante don Pedro
que le dexase salir á él et á todos los otros moros
con todo lo suyo, et que le dexaria el castillo. Et
como quiera c|tie el infante don Pedro la podiera
tomar por fuerza, pero por non se detener v ovólo
de facer; ct ios moros salieron e fueron quatro
mil et quinientas personan, et púsolos en salvo
fasta Baza.»

     Otra narración respecto a los hechos acontecidos el 26 de mayo de 1.319 en la lucha por el castillo la podemos encontramos en la novela de Fco. Fermín Jiménez Tiscar "Ntra. Sra. de Tiscar. Historia, Leyendas y Crónicas".
" La mortandad mora es tremenda, es tan grande que el alcaide del castillo, desesperado, lleno de satánico furor, creyendo que la culpa la tenía la Virgen de Tiscar, manda llevarla a una roca que domina la honda Cueva del Agua y con su vengativa espada la destroza, arrojando sus sagradas astillas al fondo de la Cueva.
El alcaide moro, en el último límite de su locura, se hunde el el pecho su puñal y muere destrozado al pié de la torre, donde su impía mano ha puesto fin de su miserable vida.
Los moros, al ver muerto a su jefe, se rinden. El caudillo cristiano, acompañado de sus capitanes y valientes tropas, hacen su entrada triunfal en Tiscar, desarman a los moros y les permiten retirarse a Baza con los suyos".

     De esta forma narraba los hechos en el mes de octubre del año 1914 el cronista de Úbeda, Manuel Muro García:


    "La conquista del castillo de Tiscar está, y no podía menos de ser así, relacionada con la de la villa de Quesada, á la que conquistó en el  año 1232 el arzobispo de Toledo, D. Rodrigo Jiménez de Rada, perdiéndola su alcaide Pedro Díaz de Toledo y poseyéndola los moros hasta 1309, que la entregaron á D. Fernando IV, en el día de San Pedro y  San Pablo. Entonces comenzó el Emplazado la conquista del castillo de Tiscar, que consumó el infante D. Pedro, el cual, en 1319, hizo, desde Úbeda una entrada en la frontera e los moros con un grueso ejército,, compuesto de su gente y la que aportaron el arzobispo de Toledo y los  Maestres de las Ordenes militares, con los concejos del Adelantamiento. Dice Argote de Molina: “El lnfante puso cerco al castillo de Tiscar que era la mayor fuerza que los moros tenían en España, y era señor de ella Mahomad-Andon. Y desque a ella llegó fue admirado de su fortaleza, y cercóla, y aunque os caballeros la combatían cada día á pie, no la podía conquistar hasta que fué Dios servido que un hombre de muy pequeño cuerpo, llamado Pero Hidalgo, que era Escudero del Maestre  de Calatrava, subió de noche, por mandado del infante, en una peña muy alta que decían la Peña Negra, que estaba sobre la villa, cerca del  castillo, enla cual estaban diez moros que la velaban, y matólos, y tomó la Peña y apoderose de ella. Por cuya hazaña los descendientes de este escudero se llamaron de los Diez, por los diez moros muertos, y porque este suceso fué  de noche, le dió el infante por armas un lucero de oro en campo azul. Y siguiendo el lnfante este buen suceso, mandó toda su gente  é hizo combatir toda la villa y entróla por fuerza de armas. Y el señor de ella entregó el castillo con salvo conducto de 4.500 personas que en el había, las cuales el infante hizo poner en salvo. De este castillo de Tiscar hicieron particular memoria los tres árabes Rasis, Mahomad y el alto Búcar en la descripción de este reino, encareciendo la extrañeza de su sitio, teniéndola en aquel tiempo por inexpugnable".

    Y continúa narrando:

     "En un curioso folleto de autor desconocido, que tengo a la vista, publicado en 1803, e intitulado Descripción de la célebre y milagrosa imagen de Nuestra Señora de Tiscar, de la Villa de Quesada, a solicitud de su actual Mayordomo, devoto de esta celestial reina, dícese que duró muchos días el combate entre sitiadores y sitiados, y estos, creyendo que la valerosa porfía de los cristianos estribaba en rescatar de su poder la imagen de María Santísima, la arrojaron a la cerrada del río desde unas altísimas peñas (donde hoy está fundada su Casa), sobre la admirable cueva de agua que allí hay. Pero la señora, burlando el pérfido atrevimiento, muchas veces repetido, volvióse a lo alto, no queriendo desamparar el sitio en que tantos siglos había sido venerada. A muchos moros atemorizó este prodigioso suceso; pero el endurecido Mahomad-Andon, sacrílegamente irritado, con los infieles golpes de su alfange, desarmó la hermosura de esta sagrada imagen, tirando los pedazos al río por la misma peña. Hecha la conquista, el Infante y el Arzobispo buscaban el precioso tesoro de esta imagen para darle las debidas gracias como autora de su dicha. Informóles un moro (que movido de tantas maravillas pedía el bautismo) del loco atrevimiento de Mahomad-Andon. Bajaron el Arzobispo, el Infante, los Maestres y Capitanes al sitio donde estaban las sagradas reliquias; y enternecidos viendo el sacrílego destrozo, enriquecieron con lágrimas el pobre caudal del río. Solicitóse un artífice que uniese los celestiales despojos, y el Arzobispo los compuso hasta formar perfectamente su entereza. El Infante y el Arzobispo determinaron llevarse esta celestial prenda a Toledo, para que allí tuviese mayor culto; mas al tiempo de su partida se volvió milagrosamente a hallar en su antigua capilla; lo cual visto con admiración de todos, se conoció ser su voluntad de permanecer donde tantos años había sido venerada. Todo ello según fidedignas historias  y constante tradición de esta tierra".
    

   Y de esta otra forma se publicaba en la prensa el día 26 de septiembre de 1.906 en un artículo firmado por Tomás Román respecto a la conquista del castillo y los apellidos Diez e Hidalgo: 
" En la conquista del castillo de Tiscar, el año de 1.319, se distinguió un caballero llamado Pero Hidalgo, de quien descienden los del apellido de Diez y los de Hidalgo.
Era el castillo de Tiscar, fortaleza casi inexpugnable y la mayor fuerza que los moros tenían en España, y estaba gobernado por Mohamad Andou, con cuatro  mil quinientos moros a sus órdenes.
A la muerte del rey D. Fernando IV El Emplazado, en Jaén, le sucedió su hijo D. Alonso, que contaba un año y veintiséis días de edad; el infante D. Pedro, hermano del rey D. Fernando, luego que fue alzado por rey su sobrino, se volvió desde Castilla a Jaén, para asegurar el reino y conservar la paz con el rey de Granada, Mohamad Aben Azar, destituido este y encerrado en la Alhambra al año siguiente, por su sobrino Ismael, hijo de Farrachén Arrayaz, de Málaga, quedó por rey de Granada, Ismael, y de Guadix, Nazar, que fue siempre amigo del infante D. Pedro; no así Ismael.
El año de 1.315, por el mes de Mayo, se trasladó el infante D. Pedro a Úbeda, y allí se le juntaron el arzobispo de Sevilla, el obispo de Córdoba y el maestre de Santiago, con los estandartes de la provincia de Jaén, e hicieron diferentes salidas en las que vencieron a Omar, caudillo del rey de Granada en Alicún y tomaron también a los moros el castillo de Bélmez de la Moraleda.
Sacó el infante su ejercito otra vez de Úbeda, el año de 1.319, llevando en su compañía a los arzobispos de Sevilla y de Toledo, a los concejos de las villas y pueblos del reino de Jaén, fronterizos de los moros, y a los maestres de Santiago, Calatrava y Alcántara, con gente a sus órdenes, y pusieron cerco al castillo de Tiscar, quedando admirados de aquella fortaleza, y aunque los caballeros la combatían  de día y de noche, no la hubieran logrado tomar, si no hubiera sido porque Pero Hidalgo (que era escudero del maestre de Calatrava), por mandato del infante D. Pedro, se subió de noche a un pico muy alto, que llaman Peña Negra, en la que velaban en defensa del castillo, diez moros, a los que mató, apoderándose de dicha Peña; entonces el infante combatió la villa y Mohamad Andou, le entregó el castillo, con salvoconducto para los que en él había, que el infante hizo poner en salvo hasta Baza.
Por aquella hazaña, los descendientes de Pero Hidalgo, se llamaron algunos de Diez, por los diez moros muertos y porque este suceso fue de noche, le dio el infante por armas: un lucero de oro en campo rojo, cuyo escudo usan los de Diez y los de Hidalgo.



Peña Negra



Peña Negra y Castillo de Tiscar

      Y respecto al origen del apellido Hidalgo, así lo narraba Faustíno de Angel en el apartado "Heráldica y Genealogía" del diario ABC de fecha 30 de diciembre de 1.959:
Noble linaje de gran antigüedad, cuyo primitivo solar estuvo enclavado, según el historiador Pedro Lezcano, en las tierras gallegas de Limia, y cuyos caballeros tomaron parte en las conquistas de Andalucía.
Refiere la crónica del Rey don Alfonso XI que, en las tierras del Adelantamiento de Córdoba (supongo se quiso citar Adelantamiento de Cazorla), y desde el castillo árabe de Tiscar, hacían los moros gran obstrucción a las huestes cristianas, por lo que decidió tomar aquel inexpugnable reducto, que se halllaba defendido desde una altura llamada Peña Negra.
Puesto el cerco por el propio Rey, acompañado de los Maestres de Santiago, Calatrava y Alcántara, con toda su importante legión de valerosos guerreros, vieron que sus esfuerzos eran inútiles, por lo que decidieron levantar el cerco ante la imposibilidad de apoderarse del baluarte de Peña Negra. No obstante, se consiguió tomar aquel reducto según lo manifiesta Pedro Lezcano, en la siguiente forma: " Auia un noble escudero de el auito de los que traya el Maestre Don Garcilópez de Padilla el cual Se llamava Pedro Hidalgo, era valerosisimo, aunque muy pequeño de cuerpo, este Subió Solo una noche. Sin ser sentido y estando en lo alto mató los diez moros. Conque los Christianos Seapoderaron dela Peña, y otro día los Moros entregaron la villa y el Castillo, y porque esta haçaña fue de noche le dio el Rey Por armas Vn lucero de oro en campo açul, y Sus descendientes unos siguieron el apellido de hidalgo y otros el de Diez por el numero 10 de los moros que mató, variando sus armas".





      ¿Por que lugar pudo lograr Pedro Hidalgo su hazaña y conquistar el castillo de Tiscar?. Bajo mi punto de vista y teniendo en cuenta las murallas y defensas que tenía el castillo en época musulmana, la conquista tan solo se pudo hacer por la parte norte del castillo, es decir, por la Cañada de Tiscar.





Cañada de Tiscar

      A pesar de tener un altísimo grado de dificultad el acceso al castillo por esta cara, no era una fortaleza tan inexpugnable como citan los textos históricos antes citados. 
Acceder por la parte sur y oeste era totalmente imposible ya que las tres murallas cercaban absolutamente el castillo. Imposible también por el este ya que el Cerro de D. Pedro  (1.611 metros) que baja desde lo mas alto de la Cuerda de la Calera, corta el paso. 









Cerro de D. Pedro

      El sitio mas lógico de acceder al castillo era por la cara norte ya que debido a los vetustos bosques de pino laricio y salgareño y a las cuevas y abrigos de la zona, podían además  los conquistadores camuflarse mas fácilmente hasta alcanzar la Peña Negra y lograr su objetivo de derrotar al reyezuelo sarraceno Mohamed Andon.






















   La estampa del Castillo desde el Arrollo Vadillo es realmente espectacular.






Y desde el mismo lugar a principios del siglo XX.






Vadillo de Tiscar. Al fondo Castillo y Corona de Peña Negra. Octubre 1914




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