domingo, 19 de enero de 2014

Puente de las Herrerías e Isabél la Católica

    El puente de las Herrerías, está situado en las cercanías del nacimiento del río Guadalquivir en el término municipal de Quesada.
    Tiene 10 metros de largo por 4,2 metros de ancho y está declarado Bien de Interés Cultural.









Puente de las Herrerías. Noviembre 1926
(Foto A. Lorente)








    Se trata de una pequeña obra de fábrica en buen estado de conservación, realizada en sillería de piedra caliza conocida en la zona como "toba" que es un tipo de piedra muy ligera de peso y facil talla,
  Posee una bóveda única, con embocadura de doble rosca y estribos con aleta en rosca y una imposta constituida por una hilada de sillares resaltados y pretiles sobre rasante. 
    La luz del arco, es de 6,8 metros.











    Destaca la cuidada labra y la homogeneidad de su fábrica de sillería, así como la integración en el entorno.










    Existe una leyenda popular sobre el origen de este puente, según la cual fue construido por los caballeros de Isabel la Católica en una sola noche. 
    Cuenta esta leyenda que, en tiempos de la reconquista de la Península, en los últimos días del mes de octubre de 1.498, la reina iba en campaña a la conquista de Baza desde Úbeda, llegando a Quesada el día 7 de noviembre desde donde salió a la mañana siguiente para hacer noche en el paraje donde ahora se encuentra el puente, evitando de esta forma pasar por el camino natural que sería por Tiscar al tratarse de un lugar de paso peligroso muy propicio para emboscadas, pues no podemos olvidar que aunque los Reyes Católicos pasaron a la Historia de forma gloriosa, no fueron gloriosos ni fáciles los tiempos de su reinado.. 
     Como el río bajaba crecido por las lluvias de otoño y siendo imposible vadearlo ya que la crecida del río había destruido el paso, los pontoneros (soldados encargados de construir puentes) reconstruyeron durante esa noche este robusto puente romano a la luz de las antorchas que proporcionaba la resinosa tea de los pinos, permitiendo a la reina y su séquito cruzar el río y proseguir la marcha hacia tierras granadinas. 
    También se cuenta que a lo largo de esa noche, los caballeros de la reina herraron los caballos al revés para confundir el sentido de la marcha a los moros que venían persiguiendo a la Reina, dando por este motivo al puente el nombre de Puente de las Herrerías.


Puente de las Herrerías. Año 1917.
(Foto FOTOTECA FORESTAL ESPAÑOLA DGB-INIA)


Puente de las Herrerías. Año 1966.

(Foto FOTOTECA FORESTAL ESPAÑOLA DGB-INIA)

     Quizás este "hecho glorioso" de poderse construir el puente en una sola noche y permitir a la reina que era perseguida por los moros a poca distancia avanzar su camino hasta tierras de Baza sin correr peligro, fuese el detonante de que el rey Fernando el Católico concediera a un vecino de Cazorla, autor de la muerte de otro vecino de Úbeda, el perdón de Viernes Santo en los términos que se narran en un documento que obra en el Archivo General de Simancas, en los siguientes términos:
"Porque tal día como el Viernes Santo de la Crus, Nuestro Señor Jhesu Christo rescibio muerte y pasión por salvar el humano linaje e perdono su muerte, por ende yo por servicio suyo e por los fechos gloryosos de la sierra del dicho Adelantamiento e por faser bien y merced a vos Joseph de Reçena, vecino de la villa de Caçorla por la presente vos perdono e remito toda la mi justicia, asy cevil como creminal..."



     Por la vertiente derecha se une el Arroyo Maillar, que lo cruza otro bonito puente de piedra. 










     Desde siempre ha existido un puente colgante de madera que atravesaba el río con acceso al camping, que hoy en día ha desaparecido.




     Se trata de una zona muy concurrida para el baño, siendo de destacar la baja temperatura de sus aguas, incluso en épocas estivales, quizás porque las aguas que cruzan el puente están recién salidas de su cuna, de las entrañas de la tierra de la Cañada de las Fuentes.










    La reina Isabel la Católica tenía fama de ser mujer testaruda y de carácter muy fuerte. Cuenta otra leyenda, un poco inverosímil, que al día siguiente de pasar el Puente de las Herrerías, en su camino hacia tierras granadinas, decidieron acampar en Nava Noguera y a las espaldas del lugar conocido como la Nava de Paulo. Como aquel noviembre fue seco (en total contradicción con la otra leyenda del Puente de las Herrerías según la cual el puente tuvo que reconstruirse debido a la crecida del río por ser un otoño de muchas lluvias), y ni los caballos ni los caballeros que la acompañaban tenían provisiones de agua suficiente, la reina tomó su espada lanzando una fuerte estacada sobre una roca, abriendo una brecha sobre la misma un tanto peculiar por su forma, comenzando a brotar agua, conociéndose desde entonces el lugar como la fuente de "el coñico de la reina".



Fuente del Coñico de la Reina

     Quizás motivara a la Reina emprender la conquista de Granada pasando por estas sierras, las palabras de algún heroico soldado como las trascritas en estas letras de Antonio Hurtado en el mes de enero del año 1.913.

     
Sierra Morena la bella,
la de los rudos peñascos,
atalaya de Castilla,
del suelo andaluz amparo,
vió llegar una mañana,
mañana clara de Mayo,
en son de guerra y conquista
todo el Real castellano.
A su frente caminaban,
caminaban a caballo,
la Reina Isabel primera,
su esposo el Rey Don Fernando.
Muy cerca de ellos, muy cerca,
marchaba un paje bizarro,
llanto llevaba en los ojos,
risa llevaba en los labios.
La reina que lo notara
preguntóle con agrado:
¿Por qué esa risa, mi paje,
mi paje,  por qué ese llanto?
Y el paje que tal oyera
llevando al pecho su mano,
dijo: lo que agora siento,
Señora, no sé explicarlo,
que están dentro de mi pecho,
gozo y pesar batallando.
Bajo este cielo nacido,
conozco bien estos campos,
y cielo y campos me dicen,
lo que a descifrar no alcanzo.
Mirad, allá están las Navas,
más allá corre el Salado,
sobre aquella blanca loma
que está a la siniestra mano,
alza sus muros Baeza
de plata y oro engarzados.
A la parte opuesta, Andújar,
la de los fértiles llanos,
se envuelve en sus olivares,
como una Reina en su manto.
Y en frente, lejos...muy lejos,
junto al horizonte...abajo,
luce Jaén sus cien torres,
su escarpada frente Martos.
Sitios estos, Señora,
sitios son muy venerados,
que todos están con sangre,
de mis mayores regados.
Aún me acuerdo!...no hace mucho!
siendo yo de pocos años,
repicaban las campanas,
repicaban a rebato.
Era lunes!...lunes era!
día fue bien señalado,
cuando de Jaén salieron,
cuatrocientos hijos-dalgo.
Ubeda y Baeza a un tiempo,
levantaron otros tantos,
mancebos ganosos de honra
y los mas enamorados.
En brazos de sus amigas,
todos se juramentaron,
de no tornarse a Jaén,
sin dar moro en aguinaldo.
Y ese día, de mañana,
parten todos muy lozanos
con lanzas y con adargás
ricamente aderezados.
Vestidos de seda y oro,
cabalgaban muy galanos,
llevando fieros corceles,
a la gineta ensillados.
Ricos jaeces azules,
ostentaban los caballos,
las riendas eran listones,
por sus damas regalados.
A la cabeza de todos,
de todas armas armado,
iba el bueno del Obispo,
el Obispo D. Gonzalo.
Al llegar junto a la Guardia,
con los moros se encontraron,
llevaban las capellinas,
y albornoces colorados.
Eran sobrados los moros,
eran pocos los cristianos,
más al ver los de Jaén,
tanto overo y alazano,
tanta lanza de dos hierros,
y tanto hierro acerado,
y tantas lunas al aire,
y tanto pendón en alto,
queriendo mas bien morir,
que no vivir deshonrados,
entráronse por los moros,
con gran furia peleando.
Murieron muchos, Señora,
siendo de los buitres pasto,
allí quedó mi buen padre,
allí también mis hermanos,
¡murieron como valientes!
Dios se los tenga en descanso.
Pero al fin los que vivieron,
con honra y prez se tornaron,
que cada cual llevó un moro,
a su dama de aguinaldo.
Por eso a un tiempo, Señora,
lloro y río sin pensarlo,
río con los que volvieron,
lloro por los que quedaron.

Callóse el paje; y la Reina
mirando a su esposo amado,
murmuró aquestas razones,
con acento soberano:
Si tal raza vive entera,
en esta tierra de bravos,
muy pronto será Granada,
por Isabel y Fernando.