martes, 18 de diciembre de 2012

Santuario de la Virgen de Tiscar

Sobre un altivo y luminoso cerro
como casta paloma te reclinas;
a ti acuden las almas peregrinas
que buscan en tus naves grato encierro.

Pregonando una fe de duro hierro
desde estos peñascales iluminas
a nuestras almas de sufrir cansinas
el acerbo dolor de este destierro.

Y la voz de metal de tus campanas
nos va diciendo todas las mañanas
la férvida oración de la fe pura;

La fe de unos sencillos corazones
que haciendo de sus pechos escalones
alzaron de tus muros la blancura.

                       Rafael Láynez Alcalá
                     24 de enero de 1.924







    El Santuario de Nuestra Señora de Tiscar, indiscutiblemente el centro de devoción mariana de la comarca, se encuentra situado en el término municipal de Quesada, entre Peña Negra y el Cerro de los Canjorros, a los pies del castillo de Tiscar y junto a la emblemática Cueva del Agua.









Vista del Santuario de la Virgen de Tiscar desde el Castillo

    La primera  construcción de la que se tiene conocimiento de lo que hoy es el Santuario, fue un templo dedicado a Ceres, diosa de la agricultura. Ya en época romana, siglo IV, por orden del emperador Constantino, se instaura el cristianismo por todo el imperio y se abandonan templos y deidades paganas. Así, sobre las ruinas del templo de Ceres se construye un santuario para la imagen, donde se la venerará libremente durante muchos años, hasta que con la invasión de los visigodos, comienza de nuevo la persecución a los cristianos. Vuelven a esconder la imagen de la Virgen en la Cueva del Agua, hasta la conversión del Rey godo Recaredo, retornando la tranquilidad a los sufridos cristianos de aquella época.

   Originariamente, el santuario era de estilo gótico con elementos mudéjares. 
Construido tras la reconquista cristiana en el siglo XV (mas de 70 años mediaron entre la conquista de Quesada por los cristianos y la de Tiscar debido a su encaramada ubicación), el grueso de obra debió de tener su apogeo hacia el Siglo XVII y XVIII, construyéndose gran parte de la apariencia actual conservando parte de las construcciones antiguas. 
Según narra Juan de Mata Carriazo en su libro " En la Frontera de Granada", la plaza del Santuario se labró a pico en 1.628.

  El año 1.675, sería una fecha importante para el Santuario de Tiscar. Así narraba este acontecimiento en un artículo el Canónigo archivero de Toledo, Juan Francisco Rivera, bajo el título "Una fecha trascendental para el Santuario de Tiscar":
  "Esta fecha memorable fue la del 3 de julio de 1.675. Regía la diócesis de Toledo el Cardenal don Pascual de Aragón desde hacía un decenio.
  Personaje de singulares dotes de gobierno, que puso de manifiesto en los relevantes cargos que hubo de desempeñar durante el desdichado reinado de Carlos II, el cardenal Aragón era de piedad honda y sincera y muy preocupado por los deberes pastorales, como quedó de manifiesto en los Apuntamientos que para su biografía dejó el canónigo toledano don Cristóbal Ruiz Franco de Pedrosa, confesor y limosnero mayor del prelado, y que ha completado el mártir obispo de Ciudad Real, Dr. D. Narciso Estenaga en su estudio histórico sobre el cardenal Aragón (París, 1.930).
   En la primavera del citado año, el arzobispo, dando de mano a los asuntos cortesanos, salió a realizar visita pastoral por los mas alejados lugares de su extenso arzobispado. Después de haber visitado las parroquias toledanas enclavadas en la actual provincia de Albacete, el 22 de mayo se encontraba en Cazorla, donde permaneció mas de un mes para ponerse nuevamente en camino el 23 de junio, llegando a Quesada el día 30.
   Aquí tuvo Su Eminencia noticia de la triste situación en que se encontraban los habitantes de aquellos parajes, pues dado el gran número de cortijos en que residían y la distancia que les separaba de Quesada, sin que tuvieran ninguna otra iglesia mas cercana para que se atendiera a su cuidado espiritual, se encontraban en muy grande abandono y necesitados de recurrir a Quesada para la recepción de todos los Sacramentos.
   -Compadecióse mucho Su Eminencia desto, dice la aludida crónica manuscrita (fol. 120), y empezó a discurrir como podría remediarse la necesidad y, preguntando si había alguna iglesia cerca de los cortijos, dijeron que una ermita de una imagen de mucha devoción de aquella tierra de Nuestra Señora, que llaman Nuestra Señora de Tiscar, con que quiso ir Su Eminencia personalmente a verla-.
   La visita del santuario quedó fijada para el día 3 de julio y los feligreses convocados en él para tal fecha.
   Trasladóse allá el cardenal en el día prefijado y después de haber examinado el templo, -pareciéndole a propósito la erigió en ayuda de parroquia de Quesada y mandó poner el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y el de la Extremaunción con pila de bautismo y compuso congrua sustentación para un teniente que asistiera habitualmente en aquella iglesia para administrar los Sacramentos, agregándole una capellanía de Quesada...ordenando al cura que, de su renta que es bien proporcionada, señalase alguna porción a este teniente por su trabajo, y Su Eminencia también le socorrió mientras vivió para que estuviese mas gustoso. En esta iglesia dijo misa Su Eminencia y bautizó un niño, hijo de un pobre hombre de los cortijos y lo confirmó, llamándole Pascual, y al padre le dio una buena limosna para ayudar a criarle, diciéndole que aquel niño se había de criar por su cuenta y desde aquel día había de ser su padre Su Eminencia.
   Visitó todos los cortijos y los consoló con su presencia y limosnas, que les hizo de trigo, repartiendo entre ellos toda la parte de trigo que le había tocado a Su Eminencia en aquella diezmería aquel año. Y ellos quedaron muy gustosos con el consuelo espiritual de tener parroquia tan cercana y con los socorros que Su Eminencia les hizo, dando a Dios muchas gracias por haber conocido a su prelado, que apenas tenían noticia le tuviesen-.
   De esta forma se escribió una página, llena de interés y emoción para la historia del venerado Santuario de la Virgen de Tiscar, y que, trasladada a los Apuntamientos, sin mas preocupación que la de modernizar la ortografía, hemos querido dar a conocer, convencidos de que la fecha del 3 de julio de 1.675 fue para todo aquel contorno una fecha trascendental.



   Del primitivo templo se conserva la gran puerta de arco apuntado y jambas ornamentales, así como restos del alicatado granadino.


    Consta de una sola nave construida en piedra con bóveda de medio cañón. 
    La portada y el atrio son del siglo XIV. 
    Además de las puertas de acceso a la iglesia a través del atrio, destacar la sacristía, por el alicatado mudéjar que tiene del siglo XIV
   Mención especial quiero hacer de la pila bautismal visigoda del siglo XVI procedente del desaparecido convento de los Dominicos de Quesada (donde se bautizó mi sobrina Tiscar). Esta pila podría estar entre las que fueron modificadas en base a las órdenes que Fr. Alonso de Santo Tomás (hijo ilegítimo de Felipe IV) dictó en el año 1861 por las que dispuso que la pila bautismal fuera de piedra y no de barro, y que "donde hubiera quedado alguna se consumiera dentro del espacio de dos meses y se hiciera de piedra"
   Dignos de observar son también una puerta y mobiliario de taracea del siglo XVII y una serie de imágenes en terracota de la Virgen y los Evangelistas.












Pintura Camarín. Siglo XVI.











  




    Esta pintura conocida como "La Tabla de Tiscar" la describía así Juan de Mata Carriazo en el mes de abril del año 1925. "Sobre la madera, gruesa y compacta, la pintura anima con toques al óleo su preparación general hecha al temple, técnica un poco arcaizante, aunque nada excepcional, bien justificada en este caso por el deseo de acercarse todo lo posible al modelo. El busto, mas prolongado, permite que las tocas cierren bajo la barbilla, prendido el manto con una fíbula redonda. Tiene el rostro mayor expresión que en la joya de Alfonso V, y mas precisas notaciones de realidad en los labios gordezuelos y en los ojos, grandes y reposados; detalles suficientes para explicar la consideración de algunas de sus hermanas como retratos de la reina Isabel. Hay en el conjunto algo tradicional, impreciso, de remozada Dama de Elche y un no se que duro, y ambiguo, de Gioconda castellana.
En la pintura se distinguen muy bien dos partes: la superior, de cuello para arriba, es la mas bella y de mejores calidades de forma y color; la inferior vale mucho menos, sobre todo por lo que no revela la fotografía, su entonación sucia y deslucida. No hay que decir que estas dos partes representan lo que hay de escuela, bien estudiado, y lo que hay de aportación personal del copista en la obra que nos ocupa. En cuyos dos ángulos superiores se reparte la inscripción Santa María sobre rasgueos caligráficos que, si no son postizos, rebajan bastante la fecha de la pintura. De cualquier modo, la tabla será preciso colocarla en el siglo XVI. Un hermoso marco de la época, agradable de talla y de estofado, contribuye a levantar el mérito de la pieza.
La tabla de Tiscar es relativamente nueva en este lugar. Fue regalada al Santuario hace unos treinta años, por mi tío-abuelo don Laureano Delgado (1845-1916), quien la hubo de D. Manuel López Quiroga, coleccionista madrileño.
Tal es la obra que suma sus bellezas a cuantas han acumulado en el santuario de Tiscar, la naruraleza y la leyenda"




 Mobiliario taracea granadina. Siglo XVII.
























                                                                     Pila bautismal. Siglo XVI.

    Otros elementos a destacar son por ejemplo las mensulas situadas a ambos lados de la puerta  interior del atrio, mosaicos del siglo XIV, lámparas votivas, Cristo atribuido a Alonso Cano del Siglo XVIII o unos candelabros de plata del Siglo XVI.







 Ménsulas puerta interior del atrio.



































 Mosaico mudéjar. Siglo XIV.
















 Lámpara votiva. Siglo XVIII.








                                                                                                 Imagen de Cristo. Siglo XVIII









 Candelabros. Siglo XVI.










    Después de la guerra civil, momento en el que desaparece la imagen barroca de la Virgen de Tiscar, el santuario sufre otra importante renovación alterándose parte del aspecto anterior, demoliendo algunos muros de época medieval y adaptando el lugar y los accesos al aspecto actual.





Imagen antigua del interior de la Ermita 




Sacristía a principios del siglo XX

    Relativamente reciente también ha sido la reforma del altar y capilla de la Virgen con frescos y bajorelieves de Baños y Orea.




                                                                                           Frescos y bajorelieves. Año 1956.





    Todos estos tesoros artísticos se completaron, a lo largo de los siglos, con las gracias y beneficios otorgados por la iglesia universal. Así, en 1.603, Clemente VIII concedió quinientos días de indulgencia plenaria a todos los fieles que visiten el santuario. 
     En 1.728 el Cardenal Astorga y Cespedes, concede cien días de  indulgencia a quienes rezaren una Salve ante la Sagrada imagen de Nuestra Señora de Tiscar y por bula de 30 de enero de 1.877, Pío IX agregó a la iglesia de la Virgen de Tiscar a los privilegios espirituales de que goza la basílica romana de San Juan de Letrán.







"Su Santidad el Papa Clemente VIII por bula de 3 de marzo de 1.603
concede 500 días de indulgencias a los fieles que visiten el Santuario de la Vir
gen de Tíscar.

En 1.728 el Cardenal Arzobispo de Toledo, Diego de Astorga y Céspedes, concede 100
días de indulgencias a los que rezaren una salve ante la sagrada imagen de Nuestra Seño-
ra de Tíscar.

S.S. el Papa Pio IX por bula de 30 de Enero de 1.877, admitió y recibió
en la sociedad y comunión de los privilegios espirituales concedidos a la iglesia de San
Juan de Letrán, a la Iglesia de la Virgen de Tíscar, de tal suerte que por esta agregación
y recepción, todos los fieles de Cristo de uno y otro sexo que visiten la iglesia de Tíscar ganaran las indulgencias y todas las demás gracias espirituales concedidas a los que visiten la Iglesia Lateranense." 




"Ave María"


    Centrándonos en lo que es el aspecto exterior del Santuario, el mismo ha sufrido distintas modificaciones a lo largo del tiempo. 
    Cuando se construyó, se accedía al templo directamente por la puerta principal a través del atrio. Al oeste se encontraba el pequeño cementerio cristiano que mas tarde se convertiría en corral y que hoy es lugar donde los devotos de la Virgen le colocan las velas en acción de gracias o de súplica.



            Puerta interior del atrio. Siglo XIV











                                                                                                                                     Puerta acceso antiguo corral               

    Posteriormente, se construiría la casa de los santeros y otras dependencias que es lo que hoy es la hospedería del Santuario y salones de reuniones, accediéndose a la iglesia a través de la puerta situada en la plaza. Sobre el dintel de esta puerta, hay una imagen de la Virgen entre dos árboles, rodeada de estrellas y sosteniendo al niño, esculpida en alto relieve. Pasada esta puerta, nos encontramos a la izquierda con el atrio y puerta principal de entrada y al frente un escudo alusivo al Arzobispo de Toledo D. Rodrigo Jiménez de Rada y al Adelantamiento de Cazorla.







                                                                                      Puerta Santuario












                                                                                               Escudo

    En la siguiente secuencia de fotografías, podemos observar la evolución que ha sufrido el Santuario con el paso del tiempo.
    Este es el aspecto que presentaba el Santuario antes de la Guerra Civil.



      En la siguiente fotografía anterior al año 1912 pues aún no existe la Fuente del Candilejo, podemos observar que todavía no se había ampliado el Santuario por la parte de lo que hoy son los apartamentos, ni se había abierto el túnel de acceso a la explanada del Santuario, Tampoco estaba construida la actual carretera Poza Alcón-Quesada, ni el túnel horadado en la roca a la altura de la Cueva del Agua, ni el depósito de agua de la pedanía, obras que se realizaron en el año 1.929, el mismo año que el Cardenal Segura, arzobispo de Toledo, visitara Quesada y el Santuario de Tiscar.







 Vista general de Tiscar a principios del siglo XX





   Plaza del Santuario. Templo y Casa de la Cofradía. Octubre 1914

     En esta época, concretamente el día 25 de septiembre de 1917, el matrimonio formado por D. Mariano de Foronda, Diputado a Cortes por el distrito de Cazorla y Dª. Mercedes Gómez Uribarri que ese mismo día había donado al Ayuntamiento de Cazorla un edificio para que allí se instalara el llamado Grupo Escolar Mercedes, donaron al Santuario de Tiscar "un riquísimo terno para funciones solemnes y varios ornamentos para el culto diario".
   Así lo narraba la prensa de la época:
   "Fué el otro acto la visita de los señores de Foronda, a la histórica e hidalga Quesada y al Santuario de Nuestra Señora de Tiscar, que en las cumbres de la Sierra se levanta


sobre agrestes picachos, como agujas
que al firmamento azul su punta elevan

    En aquella visita, después de orar ante la bendita Imagen y de serle impuesta al Sr. Foronda la Medalla de Hermano Honorario de la Cofradía y de contemplar el soberbio panorama que tiene la Virgen por alfombra de su trono y las rocosas cumbres que tiene por asiento y el cielo limpio y puro que tiene por palio transparente, se les obsequió con un almuerzo (con toda exquisitez servido y en pocas horas preparado) en la maravillosa Cueva del Agua, grandiosa manifestación de la naturaleza, bellísima, incomparable, hecha por Dios como misterioso subterráneo templo, para guardar cientos de años, entre joyas brillantes que las aguas forman y las rocas engarzan, los padazos que la impiedad hizo de la imagen de la milagrosa Virgen".         

   Tras la Guerra Civil, la torre de la fachada principal con la espadaña a dos alturas se desplaza ligeramente hacia la casa de los santeros, descubriendo la piedra de la torre y esquinas, desapareciendo la ventana que se encontraba sobre la puerta principal.
    Además, se construyen los arcos a lo largo de toda la fachada del Santuario.








 El beato Manuel Lozano Garrido (Lolo) en la Plaza. Año 1.965.

    Posteriormente, se descubre toda la piedra y se construye un murete en la fachada de la casa de los santeros en forma de bancos.













                                                                                     Casa de los Santeros


    Mas tarde, se quitan los arcos y se prolonga el murete en forma de bancos.




    Y este es el estado actual del Santuario.









    
    El horario de visitas del Santuario nos lo indica este cartel y en este horario se pueden adquirir todo tipo de recuerdos de la Virgen ( pulseras, cuadros, medallas, llaveros etc).




lunes, 3 de diciembre de 2012

La Virgen de Tiscar



Un día cuando venga
escondido en la tarde
mudamente quisiera
en tus brazos quedarme.
En tu río purísimo, 
en tu cielo diamante,
en tus  peñas altísimas,
sin que lo sepa nadie.
Un día cuando venga
escondido en la tarde
quisiera mudamente
en tus brazos quedarme.




     Los orígenes de la devoción a Santa María de Tiscar, la "Virgen de la Sierra", Patrona de Quesada y del antiguo Adelantamiento de Cazorla, se remontan a la época de los siete varones apostólicos (Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Eufrasio, Cecilio e Isicio). 
     Cuenta la leyenda que fue San Hesiquio o Isicio, obispo de la antigua Carcesa, discípulo de Santiago  Apostol, quien en su labor de evangelización y para que lo protegiera en su viaje hasta el sur de Hispania, trajo la imagen de una pequeña Virgen entre los años 35 y 44 desde Palestina, depositándola en la Cueva del Agua para que los primeros cristianos pudieran rezarle en lugar seguro y a salvo de las persecuciones romanas. 

     En una publicación del mes de octubre del año 1914, así lo publicaba el cronista de Ubeda, D. Manuel Muro García:


"En fragoso lugar serrano de nuestra provincia, próximo a Quesada, ríndese culto á la Santísima Virgen desde los primeros años del Cristianismo. Lugar abrupto, viscoso y elevado, en el que se asienta el famoso Santuario de la Virgen de Tiscar, donde el alma se extasía pensando con el poeta:

"Muy alta está la cumbre,
la cruz muy alta.
Para llegar al cielo,
¡cuán poco falta!...

     Después del glorioso martirio de San Esteban, el primer mártir de la fé, acaecido en Jerusalem, fueron desterrados gran número de cristianos que, abandonando los Santos Lugares, se extendieron por diversos puntos de la Tierra; y habiendo desembarcado en Cartagena quinientos de aquellos dichosos mortales que tuvieron la fortuna de ver y admirar de cerca  á nuestro Divino Redentor, fueron los primeros que trajeron noticias de la muerte del Mesías y de la vida de su Madre, á quien  muchos  conocieron  antes de su gloriosa Ascensión.

     Los discípulos del apóstol Santiago, imitando su ejemplo dado en Zaragoza, levantaron diversos templos á la Virgen, á quien tomaron por patrona, siendo España la primera donde se esparcieron las claras luces del Evangelio. Así, San Isicio, obispo de la antigua Carcesa, hoy Cazorla, dos años después de la muerte del Salvador, trajo á su diócesis, por el año 35 del nacimiento de Cristo, las sagradas imágenes de Tíscar y de la Fuensanta. Así se cree por tradición. Invadida, después, España por los árabes, los cristianos se retiraron á las fortalezas de Tiscar é lznatoraf, en las que, andando el tiempo,  adquirieron gran celebridad aquellas imágenes por la fama de sus muchos milagros, que movieron á algún historiador á anteponerlas a las muy veneradas del Pilar, de Zaragoza y de Atocha, de Madrid".

     En la misma publicación del mes de octubre del año 1914, continúa narrando el cronista respecto al templo:

"En un curioso folleto de autor desconocido, que tengo a la vista, publicado en 1803, e intitulado Descripción de la célebre y milagrosa imagen de Nuestra Señora de Tiscar, dice que lo adornan muchos trofeos que son lenguas que publican los multiplicados milagros. Alumbran cinco lámparas de plata. Tiene del mismo metal cumplido servicio para el altar, con ricos ornamentos de brocado y seda. La imagen tiene gran número de vestidos, así bordados, como de riquísimas telas, preciosísimas joyas con que han agradecido muchos su salud y felicidad en los sucesos. Es antiquísima la escultura de la imagen; su materia dícese ser de incorruptible cedro; su altura es de una vara; su postura manifiesta haber estado sentada en un trono, por lo que su rostro corresponde a la proporción de cinco cuartas, que es lo que manifiesta vestida. Su rostro es hermoso, y de tanta alegría, que con su mirar agradable infunde celestial consuelo a quien le atiende. Se reconoce todo compuesto de muchas astillas con grandes cuchilladas, que se notan en su talla, efecto del pérfido desacato de los moros. Se nota la cabeza dividida en tres pedazos ; pero todo lo unió la curiosidad de la industria, si bien faltan algunos pedazos del cuerpo, no obstante que está todo tan recatado que no se permite el examen de la vista. En una visita que hizo al Santuario D. Gregorio Malo de Molina, Vicario y Visitador de Cazorla y su partido, decretó se hiciese a esta Señora un vestido de hoja de plata de martillo, que no impidiese las demás ropas, para ocultar del todo el desacato de los infieles".


     Esta primitiva imagen, podría haber sido tallada por el Apostol San Lucas.


     "Corría la mitad del siglo I de la era cristiana. En aquellos calamitosos tiempos, no había templos cristianos; solo los bárbaros paganos los tenían; los seguidores de Cristo eran perseguidos, como fieras dañinas, quemados, crucificados, arrojados a las fieras, bárbaramente atormentados.
     En cuevas, en catacumbas, en los sitios mas agrestes, tenían que refugiarse para hacer sus rezos en común, para trabajar por la difusión del cristianismo.
      La sagrada imagen de la Virgen queda en Tiscar, sitio mas adecuado para su instalación y veneración no existe construido por la mano del hombre, pero su Divino Hijo, Dios, que todo lo sabe, que todo lo puede, que con el mismo amor cuida de la trabajadora hormiguita, de la industriosa abeja, de los árboles, de las flores, de los pájaros, de todo lo creado, y con especialísimo amor, por el género humano, creado, a su imagen y semejanza, le tenía preparado desde su creación del mundo, a la sagrada imagen de su Madre, un sitio maravilloso, escondido, grandioso, para que le sirviera de morada en esta ocasión.
    El sitio, era la Cueva del Agua. Con sigilo, con el mas grande de los cariños, allí fue conducida, venerada, visitada y guardada con el mas puro amor, pasando a llamarse la Virgen de Tiscar".


La Virgen de Tiscar en la Cueva del Agua

     Durante los últimos 28  años del siglo I, pudieron ya los cristianos practicar por fin en paz su religión, acudiendo a la Cueva del Agua, su entonces Santuario, su lugar de oración, en demanda de protección y ayuda. 
      Esta situación se mantendría hasta la llegada de los visigodos que acuden en masa desde el norte de Europa hasta Oróspeda, actual Sierra de Cazorla, en busca de tierras fértiles para la siembra y la cría de ganado. 
      Es entonces cuando los cristianos, temerosos de que estos visigodos adoradores de dioses paganos pudieran destruir la venerada imagen de Santa María de Tiscar, deciden esconderla en una pequeña gruta en el Cerro de la Magdalena situado en las cercanías de Quesada, cerca del Corral de Quiñones, donde los cristianos continuaban visitándola para rendirle culto, aunque con posterioridad, volvería a su primitiva morada, la Cueva del Agua, siendo esto posiblemente el origen de lo que se conoce como La Traída de la Virgen a Quesada y que se realiza todos los años el primer sábado del mes de mayo y hasta el 29 de agosto, fecha en que vuelve a Tiscar.
    Mas tarde se construiría el Santuario. A propósito de los santuarios primitivos, en el año 1857, escribía Cesar Cantú: "La gruta fué el tipo del templo egipcio, frecuentemente abierto en la roca y luego aumentado con obras exteriores las cuales al fin se aislaron. Los templos se colocaron, entonces, en los sitios elevados, no solo para preservarlos de las inundaciones y de que quedasen enterrados en la arena, sino para imprimir en ellos grandeza".







Cueva del Agua








     


     Pasó mucho tiempo hasta que los musulmanes llegaron a Tiscar (la Peninsula empiezan a conquistarla en el año 711), llegando a existir periodos de tiempo de convivencia pacífica entre moros y cristianos. De hecho, cuando en el año 1.252 muere Ferenando III, el gran rey conquistador de la mayor parte de Andalucía, el Emir granadino Ben- Alhamar manda cien moros vestidos de luto para que asistan a los funerales del que fuera protector suyo y de su pequeño reino.
     Su hijo Fernando IV, se hace cargo de los destinos de España, renueva su alianza con el protegido de su padre (Ben- Alhamar) y después con el nuevo rey (Mohamed III) y continúa por algunos años la paz entre los moros de Granada y los cristianos.
     Esta paz dura hasta que su hermano Nazar se apodera del reino granadino y comienza otra vez la lucha, hasta que en el año 1.295 toma Quesada y se apodera de la imagen de la Virgen que es trasladada a Tiscar.
     La guardan con tanto sigilo como los propios cristianos porque saben que por Ella podrán exigir un fuerte tributo y porque en el fondo, sus corazones le impiden cometer cualquier barbaridad y destruir tan bella imagen. El licenciado Fernando Alonso Escudero de la Torre escribe: " en los seiscientos cinco años que los moros la tuvieron en su poder, fue maravillosamente respetada por ellos, y venerada por los cristianos públicamente, los cristianos mozárabes la asistían y muchos mas, que a costa de mucho trabajo y dinero, venían en peregrinación a visitarla, llevados de la fama de sus milagros".




    Poco antes de la toma definitiva por parte de Pedro de Castilla de Tiscar, Huesa y Belerda, cuenta otra leyenda que la Virgen de Tiscar se le apareció al reyezuelo moro Mohammed Andón, pidiéndole que rindiera la plaza ante las tropas castellanas y se convirtiera al cristianismo logrando de esta forma salvar muchas vidas. El musulmán, confuso, se llevaría la imagen hasta la fortaleza explicándole a los suyos lo sucedido. Incrédulos por los milagros de una Virgen cristiana, y convencidos de que la presencia de la Virgen en el castillo recrudecería el interés de las tropas cristianas por tomar la plaza, decidieron deshacerse de ella tirándola desde lo alto de los torreones. La imagen, que cayó ladera abajo hasta el fondo, se hizo añicos. Pero a los pocos días, al visitar la gruta, los musulmanes se dieron cuenta de que la imagen estaba de nuevo en su lugar.
     Extrañados por este suceso, volvieron a repetir esta acción, lanzando la imagen de la Virgen desde el Castilllo. Sin embargo, a los pocos días observaron perplejos que la imagen volvía a estar intacta, como si nada hubiera acaecido, en el mismo sitio.
     Los musulmanes, incrédulos por lo acontecido, seguían arrojando a la Virgen una y otra vez cuando los cristianos andaban ya muy cerca de la conquista de Quesada y Tiscar. 
     En el año 1319 los cristianos se apoderan de Tiscar, y para evitar que volviera a ocurrir el lamentable suceso, debido a la amenaza constante que suponía la cercanía de los mulsumanes granadinos, el entonces arzobispo de Toledo decidió trasladar la imagen hasta la capital del Tajo, y así evitar el peligro.
     Sin embargo, milagrosamente, la pequeña imagen tallada por San Lucas vuelve a aparecer en la Cueva del Agua. Es entonces cuando los cristianos deciden construir un templo para la Virgen, su actual Santuario llamado de Tiscar. Un templo muy cercano a aquel lugar en el que la pequeña imagen quiso estar para siempre. Y allí permanece desde entonces por ser este su deseo. 


"Déjala, por los siglos de los siglos, será venerada, tendrá su glorioso trono, en el corazón de los sucesores de estos nobles montesinos y reinará en todos los contornos"

    Ella quería quedarse en Tiscar y sus santos deseos se cumplieron, como siempre se cumplen, siendo este el primero de los milagros que se conocen de la Señora de Quesada.
   No existen datos ciertos de lo que pudo ocurrir con esta primera imagen de la Virgen de Tiscar traída por San Isicio.  
     Bienvenido Bayona escribe en sus "Notas para un estudio sobre la historia y tradición de Santa María de Tiscar": 
    "Llegados los años 960 a 1.000, un tal Luitprando, autor de un famoso cronicón, que fuese dado a conocer como cierto por el P. Jerónimo Román de la Higuera y de cuya fidelidad se duda hasta el punto de declararse falso, nos habla, según él, de la celebridad de Nuestra señora de Tiscar. ¡Lástima que tan remota noticia venga envuelta en aquella fiebre por lo desconocido que, solo por dar solución a problemas históricos casi insolubles por falta de datos, campeón en los siglos XVI y XVII!
      Andando el tiempo y concedida la villa de Quesada por privilegio rodado de 20 de enero de 1231 al entonces Arzobispo de Toledo Don Rodrigo Jiménez de Rada, privilegio expedido por el Rey San Fernando, nada tiene de particular que, conquistada a los moros, el gran Arzobispo, que siempre se hacía acompañar de una imagen de Santa María, dejase en la villa la que en aquella ocasión portara y que era hecha a semejanza de Santa María de Toledo". 

   Según refieren los relatos legendarios, esta Imagen era de madera de cedro de Líbano, imagen sedente de una vara de altura donde el Niño aparecía sentado en la rodilla izquierda de la Virgen. 
    Cuando se introdujo la costumbre de vestir las imágenes, cercenaron la imagen del Niño y la sustituyeron por uno barroco en el siglo XVII, sentado a los pies de su bendita Madre.




Virgen  de Tiscar

    Esta imagen tuvo el fatal final de ser destruida durante la Guerra Civil española cuando ni  aún los moros (pues la historia de que el rey moro de Tiscar Mohamed Andón arrojó la imagen a la Cueva del Agua destrozándola no deja de ser una curiosa leyenda basada en una novela), en todo el tiempo que la tuvieron en su poder, osaron atentar contra Ella.
    En el libro "La devoción a la Virgen: historias y leyendas" de Jesús Simón Prado, podemos leer: "La sagrada imagen fue destruida en el verano de 1.936, cuando los marxistas de Peal de Becerro y los anarquistas del pueblo, arrojaron a la hoguera todos los objetos sagrados por mucho arte que albergaran en su seno. En una tarde ignominiosa desapareció cuanto durante siglos y generaciones se había acumulado de valor y de arte. Nunca la ignorancia y  el odio casaron bien con el arte y la devoción".
       El encargo de tallar una nueva imagen se realizó al escultor giennense Jacinto Higueras realizada en el verano de 1939 y que tenía su estudio en los bajos del nº 90 de la C/ Ferráz de Madrid. El Niño es una espléndida talla de cuerpo entero,mientras que la Virgen, de rostro moreno, es imagen de candelero o de vestir.
       La Virgen fue tallada originariamente sin manos, algo que muy poca gente conoce.


       Mas tarde se le pondrían las manos a la Virgen como está en la  actualidad.


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La Virgen a su paso por el túnel de Tiscar. Años 50


Salida de la Virgen del Santuario. Años 50
   
 Pasados los estragos causados por la Guerra Civil, en el año 1.949, siendo Cardenal Arzobispo de Toledo D. Enrique Pla y Deniel, se organiza una peregrinación de la Virgen de Tiscar por los pueblos del Arciprestazgo de Cazorla con el fin de propagar la devoción a la Santísima Virgen, saliendo esta por primera vez en la historia de Quesada y Tiscar, visitando los pueblos de Cazorla el jueves día 26 de mayo, La Iruela el viernes día 27, Peal de Becerro el sábado día 28, Santo Tomé el domingo día 29, Chilluevar el lunes día 30, Huesa el martes día 31 y Pozo Alcón e Hinojares el miércoles día 1 de junio, regresando la Virgen a Quesada el jueves día 2 de junio.

  Estas palabras pronunció Bienvenido Bayona al paso de la Virgen por Santo Tomé:


Tierras del Guadalquivir
temblores de junco y lirio
la gente corre por verla
a la vera del camino.
Qué luces de tornasol
empinándose en el río,
bajo el azul de los cielos
campanas de veinte siglos.
Con la plata cordobesa
y el regusto de lo antiguo
veinte plateros morenos
te hicieron corona y limbo.
¿Ay que bonita que va
con su topacio amarillo
a los pies, junto a la luna
lleva la Virgen su niño;
estampa de Jericó
con mezcla de cromo egipcio
y un tintín de campanillas
por si llora en el camino.
No llores flor de los valles;
no llores Tú tan chiquito.
Si es que vamos de visita
y el romero del río
entretiene al niño Dios
que cansado se ha dormido.
La Virgen de Tiscar va,
caminando su camino.
Al revolver de los cerros
se ha asomado un peregrino,
y un perfume de la Bética
oliendo a Evangelio vivo
se ha dibujado en la tarde
y en la copa de los pinos.
(Hisicio, obispo de Roma,
te trajo hace veinte siglos)
Ay como va la señora
señora de los caminos
el aire trae rumores
de tu pueblo quieto y antiguo.
Sobre la rota veleta
agujas al viento sin tino
está cosida una nube
de color azul de lirio.
El sol se escapa a lo lejos
y el silencio del río,
campanas de veinte siglos.
Porque eres, Virgen de Tiscar
amores el amor mio,
por los campos de olivares
vengo yo a ti de peregrino.
Peregrino a tus pies,
y llegado a tus plantas,
diez mil voces van cantando
a la Virgen coronada.
Viva la Virgen de Tiscar
Reina y Madre de Quesada.

                                                                (Bienvenido Bayona. Año 1949)
    
  Era en aquel tiempo el Presidente de la Hermandad D. Angel Carriazo Arroquia, el Vicepresidente de la misma y cronista oficial de la peregrinación D. Bienvenido Bayona Fernández y el Párroco de Quesada D. Manuel Alejo Vallejo.



Virgen de Tiscar. Agosto 2.012






Virgen de Tiscar. Octubre 2.014



Pequeñita, morena y milagrosa
es la Virgen que guarda este Santuario
encerrada en tan bello relicario
a manera de alhaja muy valiosa.

Los fieles la proclaman como diosa
que mitiga el dolor de su calvario
porque es como el sublime lampadario
que aviva nuestra llama fervorosa.

Ansioso de rendirle pleitesía
es su típica fiesta la alegría
de este pueblo fanático y sincero;

que es la Virgen de Tiscar cual lucero
prendido sobre el cielo de Quesada
para ser nuestra luz mas deseada.

                               Rafael Láynez Alcalá
                              25 de enero de 1.924